Cuando la curación se convierte en un crimen. La increíble historia de las clínicas de Cáncer Hoxsey
- Cancer es solo un sintoma

- 23 sept 2019
- 8 Min. de lectura
Esta publicación la comparto con gran entusiasmo, porque he estado allí, forma parte de mi tratamiento y cuando hablo de éste es una de las primeras cosas que comparto. Es un lugar mágico y maravilloso y aunque su historia es larga les pido la lean, porque refleja la historia de los tratamientos alternativos, el gran negocio en que se ha convertido la medicina y la gran lección que nos ha enseñado.
Existen numerosos tratamientos en clínicas de medicina alternativa alrededor del mundo que reclaman un alto éxito, pero han sido prohibidos sin ningún tipo de investigación. La historia de la clínica de Hoxsey es un clásico ejemplo de estas políticas médicas donde las autoridades médicas declararon que su tratamiento era un engaño, lo prohibieron y descalificaron sin ningún tipo de investigación. Mildred Nelson, la enfermera de Hoxsey, se llevó el tratamiento de Texas a Tijuana, Méjico y su Centro, Bio Medical fue el primero que salió de Estados Unidos. Ha tratado cáncer por muchos años y aunque falleció, su clínica permanece abierta y continua ofreciendo ayuda y esperanza a los pacientes de cáncer.
Hoxsey cuenta que su tratamiento fue descubierto por su bisabuelo. Cuando uno de sus sementales desarrollo cáncer, resolvió ponerlo a pastar hasta morir, pero tres semanas después, su tumor se estabilizo y observo que se alimentaba de plantas inusuales diferentes de su dieta normal, en un año su caballo estaba bien, así que comenzó a experimentar en otros animales con esas hierbas y otros remedios populares caseros. Dándose cuenta del éxito, lo paso a sus familiares. Su padre, fue el primero en usarlo en humanos y este lo paso a Harry junto a su último deseo, hacer que el tratamiento estuviese disponible a todas las personas, pudieran pagarlo o no, e insistió llevara su nombre. Proféticamente lo previno de los sumos sacerdotes de la medicina que pelearían celosamente y esto no tardo mucho tiempo.
El ex minero de carbón con un grado de educación que llegaba al octavo grado, comenzó su primera clínica en Illinois en 1924, e inmediatamente incurrió en la ira de la medicina organizada, fue más arrestado que cualquier otro hombre en la historia médica. Para los 1950 la clínica de Hoxsey en Dallas, Texas, llego a ser el centro clínico privado de cáncer más grande en el mundo y sus clínicas alcanzaron a estar en 17 estados, donde asistían senadores, jueces e incluso médicos. Dos cortes federales mantuvieron su valor terapéutico, pero para poder afirmar una cura contra el cáncer era necesario una revisión científica formal. Los profesionales médicos le dieron la espalda, sin embargo, otros pasaron de escépticos a creyentes, entre ellos, James Wakefield Burke, periodista, quien escribió un articulo llamado “el charlatán que curaba cáncer”, que nunca fue publicado. Al Templeton, Asistente Fiscal y uno de los más escéptico, llego a arrestar a Hoxsey mas de 100 veces en un periodo de 2 años, pero con la ayuda de sus pacientes, ninguno de sus intentos resultaron en convicciones, entonces su hermano Mike, que sufría un cáncer terminal, secretamente fue a la clínica y logro curarse, el le dio el crédito a Hoxsey y de allí en adelante, renuncio a su cargo y se convirtió en su abogado, más adelante fue electo Juez y pronto Hoxsey ya contaba con amigos en las cortes de Texas.
Así como Burke y Templeton, Mildred Nelson había escuchado de Hoxsey y lo consideraba un charlatán. Para ese momento, su madre desarrollo cáncer, después de un intensivo tratamiento de radiación, su papa resolvió visitar la clínica. Mildred con gran escepticismo acepto acompañarlos y en esa primera visita y sabiendo que era enfermera, Hoxsey le ofreció trabajo, pero sabiendo como pensaba la invito a visitar su clínica y a que revisara sus archivos y se diera cuenta cómo funcionaba su tratamiento. Al final del año, viendo que su mama había mejorado, le pregunto a Hoxsey si todavía necesitaba una enfermera y se quedó. En ese momento, más y más personas le seguían acreditando a Hoxsey su sanación. Un cristiano evangelista, que tenía una estación de radio, le dio espacio a Hoxsey para promover su tratamiento y este pedía públicamente a la AMA (Asociacion de Medicina Americana), FDA (Departamento de Medicinas y Alimentos), al Gobierno Federal que asistieran a su clínica e hicieran una investigación.
Hoxsey insistía en una razón siniestra para no investigar. Su temprana fama en Illinois había alcanzado la sede en chicago de AMA. Sus oficiales lo invitaron a demostrar el tratamiento. Entre ellos estaba el Dr. Harry Morris Fishbein, editor de la revista de AMA. El paciente era un policía con cáncer terminal, Thomas Mannix, el día después de su exitosa demostración un oficial de la AMA le pidió comprar los derechos de las fórmulas que les darían todos los derechos, incluyendo al Dr. Fishbein. En el proceso de la firma del documento, Hoxsey les pidió poner por escrito, que a nadie le podía ser negado el tratamiento por falta o no de fondos, promesa que le había hecho a su padre, ellos negaron esa petición y la transacción nunca se realizo. AMA por su parte, negó el incidente. Lo cierto es, que en ese momento Hoxsey había encontrado un poderoso enemigo y comenzó una guerra con el Dr. Fishbein. El Dr. Fishbein era una de las figuras más influyentes en la medicina, gozaba de una posición única como editor de la revista. Controlaba los principales ingresos de AMA y solo publicaba lo que era aceptado por los criterios de la práctica médica. Después del incidente en Chicago, el Dr. Fishbein vetaba todo lo que decía Hoxsey, tildándolo de charlatán en sus revistas, incluso lo acuso del uso mortal de sus pastas externas y comento que su seguidor más entusiástico era la funeraria local, su ataque fue implacable. El Dr. Fishbein y Hoxsey batallaron por 25 años en una campaña de dimensiones nacionales.
Hoxsey competía por atención ante el público para ganar una investigación y se hizo experto promoviendo sus curas repetidas alrededor del país, su capital eran los testimonios de sus pacientes y cuando gano acceso a la radio, esos testimonios alcanzaron millones, el más famoso fue el cráneo de Mandus Johnson, cuya cáncer se había comido su cuero cabelludo. Hoxsey lo curo aplicando sus pastas externas. Los rumores decían que había muerto, pero en medio de 32,000 espectadores apareció, dándole el crédito a Hoxsey por su milagrosa recuperación y aunque este espectáculo no le dio a Hoxsey una investigación, si causo una reacción agresiva por el Dr. Fishbein. Pronto su batalla alcanzo niveles federales. Hoxsey se dirigió al INC (Instituto Nacional de Cáncer), para que llevara a cabo una investigación de su tratamiento, la agencia se rehusó, dejándole saber que sus registros estaban incompletos. Los doctores se rehusaban a concederle estos a él y a sus pacientes y el Gobierno concluyo que sería un desperdicio realizar esa investigación. Ambos pelearon en la arena publica, pero cuando el Dr. Fishbein escribió un artículo llamado “dinero rojo” para un periódico, Hoxsey lo demando por calumnias e injurias. Sorprendentemente Hoxsey se convirtió en el primer hombre en ganar un juicio contra el Dr. Fishbein y la AMA. Durante el juicio, Hoxsey llevaba día tras día a pacientes que decían haber sido curados por él. Las credenciales del Dr. Fishbein, quedaron expuestas, como el hecho de que nunca había tratado a un paciente o practicado medicina en toda su carrera. El líder de los ataques, fue acusado de que AMA había actuado como un sindicato de médicos que había establecido una política médica en su propio interés. Dos cortes federales confirmaron que era un monopolio y el Dr. Fishbein tuvo que renunciar a su puesto en la AMA llegando a admitir en corte que la pasta que usaba Hoxsey realmente curaba cáncer externo.
Esta noticia no duro mucho y pronto Hoxsey tuvo que enfrentar a otro oponente, el Gobierno federal y la FDA, que se comportaban como policías, perseguía a sus pacientes, les quitaban sus medicinas y lograron ilegalizar los envíos de estas en el comercio interestatal, basados en tecnicismos como etiquetas falsas. Con sus 17 clínicas abiertas en el país, la FDA fue cerrándolas una a una, ya al final Harry no tenía el capital para pelearlo en corte estado por estado. En ese momento, le pidio a Mildred Nelson que se llevara el tratamiento a México, cambiara el nombre de Hoxsey por otro, ya que el problema había sido ese y así sería más fácil para ella, él permaneció en el negocio del petróleo en Dallas. Mildred finalmente le quito el nombre pero los pacientes no, para ellos continuaba siendo Hoxsey. .
Durante su vida, Hoxsey se opuso al tratamiento convencional, pero cuando el mismo desarrollo cáncer de próstata, se encontró en la misma situación que sus pacientes, tomo su propio tónico pero este no trabajo en él y finalmente tuvo una cirugía. Vivió por 7 años más y al final murió por insuficiencia cardíaca. El doctor que firmo su certificado de muerte, escribió cáncer de próstata, así que aun en su muerte Harry Hoxsey estuvo marcado por un conflicto médico.
El conflicto de opiniones médicas entre Hoxsey y los doctores era una competencia entre dos viejas tradiciones médicas. En los 1800, las sociedades contaban con dos enfoques, la medicina alopática y la medicina natural, empírica o homeópatica. Estos dos grupos libraron un amargo debate filosófico, los alopáticos lo llamaban medicina heroica, pensaban que el medico debía de forma agresiva eliminar la enfermedad del cuerpo y basaban su práctica en una teoría científica, sacaban las cosas malas del cuerpo, le daban grandes dosis de minerales tóxicos, como mercurio y lo reemplazaban a la forma original de la enfermedad usando utensilios brutales, la mayoría les temía. Los empíricos, contrariamente creían en estimular las defensas del cuerpo para que se curara el mismo, usaban productos vegetales en pequeñas cantidades y preferían las hierbas, basaban sus remedios no en teoría pero en observación y experiencia.
La guerra de dinero entre Hoxsey y los doctores es vieja en la historia en medicina. En 1800 los doctores intentaban parar a los más populares, los empíricos y los denunciaban como charlatanes. Esta competencia causo que los doctores fundaran AMA. Al principio, era una asociación comercial pequeña sin influencia política y el balance del poder medico permanecía igual, pero aparecieron nuevos tratamientos médicos más rentables. AMA se unió a grandes fuerzas financieras, para lograr transformar la medicina en una industria. Las fortunas de Carnegie, Morgan y Rockefeller financiaron cirugías, radiación y drogas sintéticas que se convirtieron en la fundación económica de la nueva economía médica. Irónicamente el mismo John Rockefeller, uso solamente homeopatía empírica, mientras invertía en medicina alopática. La cirugía se volvió viable con la anestesia y el control de las infecciones. Los médicos defendieron las costosas y radicales operaciones, que produjeron la necesidad de un gran sistema hospitalario lucrativo. También descubrieron un nuevo mineral toxico, el radio que alcanzo un alto costo. Luego surgió la medicina de patentes, donde irónicamente venían de las plantas y de los remedios empíricos. Estos anuncios de las compañías farmacéuticas aumentaron los ingresos de AMA. Se cambiaron las formas educativas y se licenciaron regulaciones para excluir al resto de medicina natural y pronto solo AMA aprobaba a los doctores que legalmente practicaban medicina y en un tiempo breve de 20 años, AMA llego a dominar la práctica médica y la organización lanzo una campana mediática que asociaba a los empíricos con los charlatanes. AMA convirtió a Harry Hoxsey en un blanco público llamándolo charlatán número uno.
Para 1940 los registros de charlatanes habían aumentado a 300.000 nombres. La solitaria voz de Hoxsey se hizo eco de otros y en 1950 una docena de otros tratamientos prometedores contra el cáncer fueron bloqueados por la medicina organizada, sus proponentes eran mayoritariamente doctores y científicos de alta reputación que presentaban tratamientos inmunológicos y nutricionales. El congreso se enfatizó en dos casos excepcionales de presunta supresión: Harry Hoxsey y Dr Andrew C. Ivy. El primero pudo ser tildado de charlatán, pero el segundo no. Dr. Ivy contaba con reconocimientos y puestos importantes en el campo de la medicina, pero fue desacreditado por la comunidad científica. El Congreso nombro un comité, para llevar a cabo una investigacion, que fue llamado reporte Fitzgerald, cuya resolución dictamino que sus alegaciones estaban basadas en injustas declaraciones médicas por motivos corruptos, de intriga, egoísmo, envidia, obstrucción y conspiración. La similaridad entre los cargos al Dr. Ivy y Hoxsey eran inconfundibles y el patrón de los eventos era alarmantemente familiar, un fallido intento por los oficiales del AMA de comprar las formulas seguido por un veto y la negación de probar la terapia.
Los pacientes seguimos atrapados en un fuego cruzado con respecto al tipo de tratamiento que debemos seguir. Espero que al compartir este tipo de historias entendamos como funciona la medicina y podamos estar abiertos a nuevas opciones que nos han sido negadas. Existen muchas corrientes medicas y cada una tiene su espacio, lo importante es entender que cualquiera que sea el tipo de medicina, es nuestro el derecho de poder escoger.

















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