El cáncer de mama y el mito de la tasa de supervivencia de 5 años
- Cancer es solo un sintoma

- 26 ene 2020
- 3 Min. de lectura
La tasa de supervivencia, es el porcentaje de personas que viven 5 años después de haber sido diagnosticadas o habiendo comenzado el tratamiento por cáncer. Por ejemplo, la posibilidad de sobrevivir al cáncer de próstata en los Estados Unidos, es de un 82%, mientras en Inglaterra es solo el 44%. En ese país, no se hacen pruebas rutinarias de PSA ( Antígeno Especifico de la Próstata) que sirve para detectar cáncer de próstata. Sin embargo, a pesar de la impresionante diferencia, en la tasa de supervivencia de 5 años, el número de hombres que muere por cáncer de próstata, es casi el mismo entre los dos países. Lo que muestra que las pruebas de detección PSA, aumentaron la supervivencia del 44% al 82%. Pero, como no hay evidencias que estas pruebas de detección salven vidas, la respuesta estaría, en la tendencia al sobrediagnóstico y la tendencia al tiempo de espera.
1. Tendencia al sobrediagnostico. El sobrediagnostico, es cuando se detecta un cáncer que de otro
modo, nunca habría causado problema. En el gráfico vemos 1,000 personas con cáncer progresivo,

sin prueba de detección, donde solo 400 estarían vivos después de 5 años; por lo tanto, sin la prueba de detección, la supervivencia a 5 años es solo de un 40%. Pero, con la prueba de detección se sobrediagnosticaron otros 2000 cánceres, que nunca habrían causado un problema o que incluso habrían desaparecido por sí solos. Como el cáncer era inofensivo, cinco años después todos estarían vivos, asumiendo que el tratamiento innecesario contra el cáncer no los habría matado antes. Repentinamente se duplican a 80%, los índices de supervivencia de 5 años, aunque la misma cantidad de personas (600) murieron de cáncer. Esta es una forma por la cual los cambios en los índices de supervivencia con pruebas de detección no están correlacionados con los cambios en las tasas reales de mortalidad por cáncer.
2. El otro es la dirección en el tiempo de espera. Vamos a explicarlo siguiendo el gráfico. Un grupo

de pacientes a los cuales se les diagnosticó cáncer a los 67 anos, debido a sus síntomas, mueren todos a los 70 años, es decir, cada paciente sobrevivió solo 3 años; así que la taza de supervivencia de 5 años es 0%. Otro grupo, se somete a una prueba de detección, que por definición conducen a un diagnóstico precoz y se diagnostican a todos los pacientes a la edad de 60 años, todos mueren igual a los 70 años, es decir, cada paciente sobrevivió 10 años y la supervivencia a 5 años llego al 100%, es decir, pasó de 0% a 100% y la conclusión es que con la prueba de detección, los pacientes con cáncer viven 3 veces más, 10 años en lugar de 3, es un milagro!!!. Pero en realidad, lo que realmente sucedió es que la
persona fue tratada como paciente de cáncer por 7 anos adicionales, donde lo mas probable es
que solo haya disminuido su calidad de vida.
Los cambios en los índices de supervivencia con pruebas de detección y las disminuciones en los índices de mortalidad no llevan correlación. No hay forma de esclarecer el margen de error del tiempo de prueba y el sobrediagnóstico en las pruebas de detección. Es por eso que estas estadísticas no tienen sentido cuando se trata de pruebas de detección. Sin embargo, eso es lo que se ve en los folletos y anuncios publicitarios, donde la mayoría son organizaciones benéficas contra el cáncer y lo que escuchas del gobierno.
Puede que nunca hallas escuchado hablar sobre el margen de error del tiempo de prueba, pero no te preocupes, tu médico tampoco. 54 de 65 médicos encuestados dijeron no saber lo que eran, los 11 restantes tampoco y solo 2 lo sabían. Ahora tú, conoces más acerca de esto que el 97% de los médicos. La mayoría de los médicos de atención primaria no conocen las estadísticas de detección confiable sobre si la prueba de detección funciona y tienen 3 veces más inclinación a recomendar una prueba de detección de cáncer basándose en evidencia irrelevante. Los médicos no entienden las estadísticas claves del cáncer y no pueden recomendarla a sus pacientes. Son estadísticamente analfabetos y están condenados a confiar en sus conclusiones o en las costumbres locales o en representantes de la industria y sus folletos.







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