Las mamografías salvan vidas?
- Cancer es solo un sintoma

- 6 ene 2020
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El impacto de la recomendación del 2009, de retrasar las mamografias hasta los 50 años, (publicación: ¿Deberían las mujeres hacerse mamografías a partir de los 40 años?) produjo irónicamente un aumento en las tasas de mamografía de las mujeres de 40 años, probablemente por la atención que le dio los medios y les recordó a las mujeres realizarlo.
En la revisión del 2015, hecha por la Sociedad Americana del Cáncer (SAC), se recomendó comenzarlas a los 45 años y cambiarla a cada dos años a partir de los 55, recomendaciones que se acercan a los estándares europeos, sugiriendo que disminuiría el riesgo de muerte por cáncer de mama del 2.7% a menos de 2%, todo esto, basado en una revisión sistemática realizada por la colaboración Cochrane, la cual es un bastión muy respetado de la medicina basada en evidencia.
Sin embargo, los autores de la revisión Cochrane, hicieron notar que esta afirmación era engañosa y que esos estudios no mostraba ningún beneficio de mortalidad significativo de las mamografías y los datos no respaldaban la idea popular que el examen de cáncer salve vidas y acusaron a la SAC de ser una organización política con vínculos financieros ligados a la multimillonaria industria de las mamografías.
La revisión Cochrane en su reporte concluyo, que los estudios que proporcionan la información más fiable no muestran evidencia que los exámenes reduzcan la mortalidad por cáncer de mama, siendo el momento de reevaluar la idea que las mamografías de rutina debían ser recomendadas, que fue lo que hizo la Junta Médica de Suiza, cuando se sorprendieron, de lo poco obvio que era que los beneficios de los exámenes de mamografías superaban los daños. Manifestaron la necesidad, de que las mujeres necesitaban ser informadas, desde una perspectiva ética, ya que un programa que no produce claramente más beneficios que daños es difícil de justificar. Este informe, causó gran inquietud, pero ante tales evidencias como no hacerlo.
Cuando contrastamos las percepciones con la realidad, encontramos grandes diferencias. Si preguntamos sobre los beneficios de las pruebas de las mamografías, las mujeres piensan que los riesgos de morir de cáncer de seno, son reducidos a la mitad, salvando así, la vida de aproximadamente 1 de cada 12. Pero en realidad, el riesgo de morir de cáncer de mama, solamente, es menor de lo que piensan y la reducción del riesgo también es menor, donde 1 de cada 1000 se beneficia, pero esta afirmación de que 1 de cada 1000 mujeres se beneficia al no morir de cáncer de mama, puede no existir y significar que no se salven vidas. Para entenderlo, introduzcamos el concepto de sobrediagnóstico y el hecho de que algunos de los pequeños tumores detectados en las mamografías podrían nunca haber progresado, o incluso haber desaparecido por sí mismos, donde la mujer nunca lo sabría y no sería afectada, pero por el otro lado, conociéndolo debía ser tratado, ya que no sabemos lo que podría hacer.
Las estadísticas muestran que por cada vida salvada por la mamografía, de 2 a 10 mujeres son sobrediagnosticadas, lo que significa que se convierten en pacientes con cáncer de mama de manera innecesaria, junto a todos los daños asociados con la quimioterapia, la radiación o la cirugía, sin ningún tipo de beneficios y donde los daños incluyen la muerte. Hoy conocemos que los tratamientos de radiación en el tórax aumentan el riesgo de morir por enfermedad cardíaca y cáncer de pulmón, riesgos aceptables, si realmente se tiene cáncer de seno, que de otro modo mataría, ya que los tratamientos que son beneficiosos para pacientes reales pueden ser letales para aquellos que nunca deberían haber sido tratados en primer lugar.
Los investigadores de la revisión Cochrane, encontraron que en caso de detención temprana, no se podría evitar que no se realizara una mastectomía y que este dato es importante que las mujeres conocieran, ya que podría aumentar su riesgo de perder un seno.
Las mamografías han sido promovidas al público con tres promesas equivocadas:
1- el examen no parece hacer que las mujeres vivan más tiempo;
2- puede innecesariamente aumentar las mastectomías;
3- los cánceres no se detectan temprano, por el contrario, puede tomar décadas para que un tumor crezca lo suficiente para ser detectado en una mamografía, incluso cuando se le detecta, podría no crecer más, siendo esta una preocupación nueva que estamos descubriendo.
Hay tanto sobrediagnóstico que si una mujer realmente no quiere convertirse en paciente de cáncer de mama, podría evitar los exámenes de mamografías. Pero por otro lado, si tiene cáncer de mama, ¿no querría saberlo? Esta pregunta y la probabilidad de que una mujer pueda evitar su muerte, o sufrir una mastectomía por cáncer de seno, debe ser una decisión propia, basada en datos ciertos y expuesta a su conocimientos. Esa es la intención de estas publicaciones…













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