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"Nuevo estudio sorprendente" sobre un medicamento "controvertido" la Hidroxicloroquina (HCQ).

Actualizado: 3 ago. 2020


La historia del uso de la Hidroxichloroquine en esta pandemia, debe ser una de las historias médicas más locas que se halla visto y reportado en el mundo, en una de las crisis más difíciles que se haya vivido. Hemos visto ser celebrada como potencial tratamiento para salvar el mundo y después la hemos visto retroceder; ser testigo de cómo el Presidente anuncio tomarla y abogar por ella y otros atacarlo por hacerlo; ver ensayos médicos donde la gente está muriendo y otros mostrando su gran éxito, así que quiero compartir estos datos para que al final puedan tomar su propia decisión.

Comenzamos a escuchar de este medicamento, a raíz de estudios realizado por el Dr. Didier Raoult, médico y microbiólogo francés especializado en enfermedades infecciosas, cuando trato a 1061 pacientes junto a la azitromicina con gran éxito. También a través de un artículo publicado por Henry Ford Health System uno de los grupos de hospitales más grandes en Michigan, donde encontraron hallazgos similares a los estudios realizados en Francia, pero ignorados por los medios y funcionarios de salud. El Dr. Marcus Zervos coautor de la revisión del estudio, dice que el tratamiento con HCQ redujo significativamente la tasa de mortalidad en pacientes enfermos y hospitalizados con COVID-19 y sugiere que puede desempeñar un papel importante en la reducción de la mortalidad.

Para ese momento, se estaban implementando la segunda ola de restricción del bloqueo, pero la HDQ, droga de bajo costo, utilizada por aproximadamente por más de 65 años, donde la comunidad médica ha prescrito libremente por casi 6 millones de dosis por año, que ha sido usada para tratar enfermedades en contra de la malaria, lupus, artritis reumatoide y usada de manera segura en mujeres embarazadas, amamantando y en niños, comienza a causar controversia, aparentemente después que el Presidente declaro haberla tomado y abogo por su uso, lo cual creo una gran politización, por parte de los medios de comunicación, la academia y la ciencia, lo que nos invita a preguntarnos: ¿estaremos realmente en una carrera por una búsqueda de un antídoto contra el COVID-19, como nos dicen?, porque de otra forma, no existe razón lógica por la cual la HCQ ha sido obstaculizada.

En ese momento, The Lancet (revista médica, creíble y conocida en el mundo y con voz autorizada en la medicina global) publico resultados, de un gigantesco estudio de HCQ en más de 600 hospitales alrededor del mundo que mostraban, que no solo era ineficaz para combatir el COVID-19, sino que causaba efectos secundarios graves, provocando arritmias ventriculares.

Después de esta publicación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) suspendió sus estudios sobre HCQ en todo el mundo y en ese momento los titulares solo hablaban de los peligros y la ineficacia de su uso.

Al mismo tiempo, una comunidad global de investigadores críticos del estudio, demostró que los datos eran fraudulentos lo que hizo que The Lancet, se viera obligado a abrir una nueva investigación, donde tardo menos de una semana en retractarse del estudio, citando falta de transparencia de los autores y la incapacidad de examinar cualquier dato que le fue proporcionado. Este hecho fue denominado como una de las mayores retracciones en la historia moderna.

Frente a este desarrollo humillante, la OMS reinicio a regañadientes su ensayo de SOLIDARIDAD, siendo un golpe fuerte para los involucrados (The Lancet, la OMS y los medios de comunicación).

Un día después de la mayor retracciones en la historia moderna por The Lancet, la Universidad de Oxford del Reino Unido, intentaron nuevamente enterrar este medicamento, al anunciar que estaban deteniendo sus iniciativas globales del estudio sobre la HCQ en múltiples sitios, llamadas RECUPERACION después de no encontrar diferencias significativas en las tasas de mortalidad después de 28 días. En ese momento, aparece el profesor y coautor de estos ensayos de la Universidad de Oxford, Dr. Martin Landray que dijo a la prensa, que esto cambiaría todo y dejaríamos de usar ese medicamento inútil.

Sin embargo una vez más, con los ojos del mundo puestos en el estudio, comenzaron a encontrarse inconsistencias. Estos estudios mostraban usar dosis masivas y potencialmente letales, descritas por el Dr. Jim Meehan "como dosis fuera de su ventana terapéutica conocida”.

De nuevo, los medios enfrentaban otro golpe, por su incapacidad de cuestionar los resultados de Oxford y la dosis sospechosa que utilizaban en el estudio. Pero aun así la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) anuncio poco después, que revocarían la autorización del uso de HDQ en las salas de emergencia y dejo a la HDQ en el limbo. Esto permitió que la industria farmacéutica saltara al ruedo y la así la compañía Gilead saco un nuevo medicamento llamado Remdesivir, que había estado desarrollando paralelo al uso de la HDQ.

Los medios y los titulares citaban datos limitados de publicaciones científicas de los ensayos de esta nueva droga Remdesivir ; y Gilead rápidamente anunció planes detallados de precio de $3,120 para un paciente promedio.

Nos encontramos en ese momento con una inminente segunda ola de COVID-19 en el horizonte y con un medicamento aparentemente eficaz, de bajo costo para tratar COVID-19 que ha sido probado en batalla como la HDQ. Sin embargo, el gobierno de los EE. UU., puso inmediatamente dinero en manos de las Farmacéuticas y los federales anunciaron un contrato de $ 1.2 billones para comprar 500,000 dosis de la droga de Gilead, Remdesivir, con un flujo de ingresos garantizado.

Por su parte la HCQ y sus estudios siguen aumentando y la evidencia corrobora aún más su efecto positivo. Aparecen nuevamente hallazgos similares a los de Henry Ford, de investigaciones más antiguas realizadas en Francia, pero aun siguen siendo ignoradas, en su mayoría por los medios y los funcionarios de salud. Estos estudios, muestran que el tratamiento temprano de COVID-19 con HCQ y el antibiótico azitromicina (AZ) producen bajas tasas de mortalidad en los pacientes. James Todaro, MD, en un anuncio que hizo a través de twiter, mostró resultados de tres ensayos diferentes en apoyo de la hidroxicloroquina y aparece un médico poco conocido en el estado de Nueva York llamado Dr. Vladimir Zelenko que ha estado tratando a pacientes con HCQ, AZ y zinc en un entorno ambulatorio y compartiendo sus resultados en un intento por salvar vidas.

Nos encontramos ahora frente a una comunidad médica, que tiene una gran decisión a futuro, con el potencial de ofrecer un tratamiento que funcione y que ha sido probado con resultados positivos. Me pregunto ¿Los médicos, enfermeras y otros miembros de la comunidad médica continuarán esperando que las instituciones y los testaferros con motivos cuestionables de integridad, les dirán cómo enfrentar esta crisis global y sus posibles soluciones? o ¿darán un paso ciego como pasajeros mientras se anuncian más inconsistencias en la ciencia?. Son preguntas que todos debemos hacernos…

 
 
 

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